Le Doy de Puntin

Los dueños de la pelota.

24 junio, 2010

El Mes mas Lindo



Como me gusta el mundial. Me encanta. En palabras de Juan Forn, un periodista y escritor del periodico “Pagina 12”, es un momento hermoso del fútbol, pero lamentablemente también es el único momento donde todos los salames salen a la calle y pretenden saber del deporte. Entonces escuchas a algún salame diciendo: “A mi me gustaría ver a Palermo haciendo goles importantes”. Y uno no quiere pegarle una trompada porque parecería demasiado brusco, pero si decirle un par de cosas interesantes como:

“Escuchame perejil, Palermo entró diez minutos y convirtió un gol. Salvó por Higuain (que jugó ciento sesenta minutos, dieciseis veces mas que Martín) es el único delantero que metió goles. ¿Y que si estábamos clasificados? ¿Eso significa que no hizo goles trascendentes? ¿Y el gol a Perú para clasificar? ¿Y de los 222 que hizo en Boca seguro que no hay ninguno importante? ¿Los hizo en Mar del Plata por la copa de leche?”. Y asi hasta asegurarse que el salame no abre mas la boca hasta encontrarse con un amigo y referirse a nosotros como los “salames”.

Claro, porque nosotros, tu lector, meu autor, somos los que vivimos el fútbol con pasión todos los dias. Que si, tenemos otros hobbies, pero el fútbol se encuentra entre los mas relevantes. Que seguimos a nuestro equipo con alma y vida y no conformes con seguir a nuestro equipo barrial o sentimental, también seguimos las campañas de otras formaciones alrededor del planeta. Y vemos partidos como “Cúcuta-Boyaca Chicó” por la Libertadores a la vez de que seguimos por el Ole o en una estación de servicio amiga algún partido de Champions League porque los muy ladinos son en horario laboral. Sabemos las formaciones del CSKA de Moscu con casi tanta precisión como la del equipo barrial. Leemos diarios deportivos en formato papel y en el mas moderno formato pagina web. Y no solo el Olé. También el As, el Marca, el Sport, el deportivo del The Sun (porque el Times ahora es pago...). Intentamos entender del Lance y de la Gazzetta dello Sport. (No menciono a El Gráfico porque siempre lo detesté). Vemos programas deportivos aunque los conduzcan auténticos chimpances y nos colgamos con programas especiales de goles, patadas y curiosidades.

Y sin embargo nos tenemos que bancar al “salame”.

El salame, a veces, encubre su falta de sapiencia con historicismo. Y nos sale con que la selección del Narigón estaba bien preparada porque el Narigón sabe, esta loco, pero sabe. Y uno se pregunta ¿Y vos que sabes de la selección del Narigón? Y lo mas que sabe este trasnochado es que el Diego hizo un gran gol a los ingleses o quizá dos, y que cree, aunque no puede aseverarlo que en la selección estaba Burruchaga.

El salame solo ve fútbol para el mundial, y no se ruboriza cuando se empantana en diversos discursos tácticos de los cuales no tiene la mas mínima idea a la previa.“Pasa que ahí, el técnico se equivoca. Debió haber sacado un delantero y privilegiar la defensa. El cuatro es una cabina de peaje”. No hay un atisbo de embarazamiento en el rostro de este salame.

Ojo, este personaje particular aparece ante cada evento, deportivo o de otra índole. Puede aparecer para los juegos Olímpicos, el mundial de rugby o el estreno de una gran película. No tiene sexo definido. Pero, en el caso del fútbol, duele mas si es hombre. Porque entre los hombres hay una cuestión sociológica casi innata que nos lleva a pensar que todo ser del sexo masculino tiene que amar el balompié y por extensión saber.

Por suerte, el mundial dura solo un mes y el salame vuelve a su reclusión hasta otros eventos, pero a nosotros, los fanáticos ya no nos importa. Nosotros nos conocemos por implacables señas particulares: los otros tres años y once meses.




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