Le Doy de Puntin

Los dueños de la pelota.

23 agosto, 2010

La Tenes Adentro (Boca)



Desde su concepción, el fútbol es un deporte. Un juego en el que se compite. Toda competición es una discusión de estilos, ideas, o habilidades. No mejores. DIFERENTES. Entonces se hace menester comprender dos cosas que no por difíciles de conciliar son irreconciliables.

1- El fútbol, si juego, debe divertir tanto a los que están involucrados como participantes como a los que están involucrados como espectadores.

2- El fútbol, como competencia, debe prodigar un ganador que haya sido leal para con el rival y para con el deporte/juego.

Venimos al presente. Nos damos cuenta que ni uno ni dos se cumplen o se cumplen a regañadientes. El fútbol no divierte ni a los jugadores ni a nosotros los hinchas. Es aburrido obligatoriamente. La presión por no perder (que no es lo mismo que la presión por ganar. Recordemos que el fútbol es uno de los pocos deportes que contempla el empate) hace que los generadores del deporte busquen soluciones que no son del agrado de los que miramos y tampoco de los que participan. De seguro para un jugador (cualquiera sea su puesto) es muchísimo mas entretenido jugar para un equipo que, en criollo, "va para adelante", que ejercer la función de equilibrista colgado del travesaño. También es para el espectador -sobre todo el pasional- mas merecedor de un aplauso un gol que una salvada de su arquero. En el hipotético caso (que se ha dado) que un equipo defensivo -o muy defensivo- saliera campeón con esa táctica, podríamos hacer la salvedad de que el resultadismo sirvió. Pero no siempre es asi. Por el contrario. Estos equipos juegan asi en la mayoría de los casos porque no les queda otra. Su fin no es salir campeón, su fin es no descender. Salir campeón fue un accidente. En muy pocos casos, ese accidente se convierte en algo natural. Muchas veces gracias a la influencia de un jugador/es que es brillante (Maradona en la selección de Bilardo, Riquelme y Palermo en el Boca de Bianchi, la Bruja Verón en el Estudiantes de Zubeldia, y su hijo, la brujita, en el Estudiantes de Simeone/Astrada/Sabella) y determinante.
Incluso, con esfuerzo, uno puede llegar a divertirse con esa clase de fútbol, pero eso solo significa que el paradigma de "fútbol entretenido" cambió. En la oposición, algunos casos sin duda, siguen existiendo. Los hinchas de Huracán, ávidos de un título, siguen exigiendo a su equipo que juegue lindo y bien, como en el equipo de Menotti del ´73, con Babington, Houseman y Brindisi. Los fanáticos de River e Independiente lo mismo (esto no significa que no vayan a festejar un campeonato ganado de manera espuria...).

Pongamos el caso actual de Boca Juniors. Boca Juniors tuvo una década (98/08) excepcional. Ganó todos los títulos repetidas veces, y lo que es muy curioso, lo logró con dos técnicos diferentes que manejan tipos de juego muy diferentes aunque el mismo sistema táctico, esto implica que el número telefónico que emplee el técnico no significa mas que la disposición de los jugadores en cancha. Carlos Bianchi -aunque mas flexible- usaba un 4-3-1-2 con bastante combate y presión en las dos primeras líneas. El 4-3-1-2 podía convertirse en un 4-4-2 con la eliminación del enganche, o en un 4-4-1-1 con la salida del delantero por afuera. Siempre con la intención de ganar y defender lo conseguido. El Coco Basile, un defensor a ultranza (en la cancha también) del 4-3-1-2 lo usó para imponer toque y vértigo desde la defensa. A diferencia de Bianchi que abroquela las líneas para convertir su mitad de cancha en un muro, el Coco dispone a los jugadores de manera que tengan espacio para "jugar lindo". No hace presión. Marca en zona y libera a todos los jugadores para ir al ataque.
Russo e Ischia, en sus respectivos campeonatos ganados usaron el mismo sistema. Ambos tenían momentos mas bianchistas y momentos basilistas también de acuerdo al rival y de acuerdo a la necesidad (Ischia llegó a jugar con enganche y tres delanteros para vencer a Newell´s Old Boys en el Apertura 2008 como no tuvo miedo de jugar con cinco defensores en partidos chivos, Russo tampoco tuvo mucho nervio para jugar con tres cincos en el medio si era necesaria batalla).

Ahora, busquemos la razón para que Boca, hoy día y desde hace dos años, este brindando espectáculos lamentables con pobres resultados.
Cambió técnico (contrató al técnico campeón) y trajo casi un equipo entero. Tuvo campeonatos pobrísimos con Ischia, Basile (la segunda vez), Alves y Pompei. Supongamos que el problema fuera el técnico. Se cambió (una vez mas). Busquemos otra razón: el sistema táctico. Imposible, Borghi lo cambió por el 3-4-1-2. Entonces son los jugadores. No puede ser, se modificó casi todo el equipo.

¿Donde esta la falla entonces?

En cada parte al mismo tiempo. Los técnicos -ahora el Bichi- entraron en el vestuario mas caliente de todos y tuvieron miedo de imponer su idea. Los jugadores, anquilosados y aburguesados por los logros del pasado dejaron de entender que camiseta estaban llevando. El sistema táctico no cuadra con la forma de defender. En esto, Bianchi, no se equivocó pero tampoco acertó un pleno. La mitad de los partidos Boca -aunque ganaba- terminaba aguantando porque los jugadores defensivos estaban extenuados por la presión constante que tenían que ejercer sobre el rival, muchas veces, nombre por nombre, muy superior (caso Real Madrid o Milán). Basile lo entendió mejor, su sistema de ataque continuo generaba que sus defensores, marcando en zona, apenas hicieran desgaste físico, al cual si eran sometidos volantes y delanteros. La verdad es que si uno piensa en atacar sin perder resto físico y sin someter a los defensores a un cansancio insoportable hay que jugar al achique. Como dijo Cruyff: ningún jugador debería correr mas de veinte metros. Claro, el achique lleva mucho tiempo de estudio, adaptación y trabajo. Los jugadores en defensa tienen que dar el paso adelante en el momento justo y así se ahorrarían correr delanteros y cansarse. ¿Por qué entonces no se usa mas que para defender pelotas paradas? En el caso de Boca es la falta de tiempo. Los jugadores entrenan dos horas por día y se van a hacer camarilla a los programas de la tarde. Aparte todavía piensan que se gana con la camiseta y nada mas. Aun piensan (no aprendieron de los últimos años de River Plate) que entrando en la cancha y mostrando la casaca los equipos van a inmediatamente colgarse del travesaño y jamás atacar.

Por suerte para el fútbol, y no para los hinchas de Boca Juniors, ahora el Fútbol es para Todos.